Reivindicar el rol de las personas cuidadoras

Marcos Ilabaca

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• Al calor de la hoguera

Una de la grandes deudas pendientes que tenemos en nuestro país es con quienes ejercen labores de cuidado, que en su mayoría son mujeres, quienes muchas veces han debido postergar su vida laboral y personal por dedicarse al cuidado, ya sea de los hijos o hijas, algún familiar en situación de discapacidad, adultos mayores con dependencia severa o parejas con alguna enfermedad grave.

Cualquiera sea el caso, esta labor ha sido históricamente invisibilizada y no se le ha dado la relevancia que tiene el rol de las personas cuidadoras en la sociedad.

Este es un trabajo no remunerado que no tiene horarios ni días libres, en el cual se obvia la enorme carga emocional que conlleva para quienes ejercen como cuidadoras. De acuerdo a la encuesta Casen 2017, en Chile hay 672 mil personas dependientes -o sea que necesitan de asistencia para llevar a cabo su vida cotidiana-, de los cuales 470 mil cuentan con un cuidador informal al interior del hogar. Se estima que con la pandemia y el envejecimiento de la población, estas cifras han aumentado en el último tiempo.

Para hacerse cargo de esta realidad, recientemente el Gobierno anunció la creación del Registro Nacional de Personas Cuidadoras, una plataforma que va a complementar al Registro Social de Hogares y que va a permitir la identificación de las personas cuidadoras, con el objetivo de proporcionar un acceso preferente a las prestaciones estatales.

Sin duda, éste es un primer paso para ir saldando la deuda que tiene el Estado con las personas cuidadoras, a quienes se les debe reconocer, pero también brindar las herramientas necesarias para que puedan llevar adelante su labor de la mejor manera posible. Debemos comprender que quienes están cuidando tienen una tremenda responsabilidad y deben existir las redes de apoyo adecuadas, por ejemplo, acceso a atenciones de salud mental, entrega de ayudas económicas, fortalecimiento de los programas de acompañamiento, entre otros ámbitos; que deben ser abordados para generar una política integral de reconocimiento de las cuidadoras.