Con la presentación del nuevo gabinete del Presidente electo Boric hemos recibido una buena noticia con la designación de Juan Carlos Muñoz como ministro de Transportes y Telecomunicaciones. El experto no sólo destaca por sus capacidades técnicas, sino además por su moderación y calidad humana. Tendrá, eso sí, un desafío complejo, donde deberá sobrevivir en la "jungla política", pero que ofrece la oportunidad de hacer cambios relevantes en el transporte de pasajeros y de carga, pudiendo generar un alto impacto en la calidad de vida de las personas.
Uno de los aspectos que buscará abordar el próximo gobierno es el transporte en regiones, que ha sido uno de los grandes olvidados históricamente. A modo de referencia, el último Plan Nacional de Infraestructura para el transporte público -presentado en 2014- consideraba proyectos de infraestructura mayor en Iquique, Antofagasta, Valparaíso, Concepción, Temuco y Puerto Montt. Sin embargo, el único proyecto que registra algún grado de avance relevante es el proyecto del Teleférico Iquique-Alto Hospicio, adjudicado vía sistema de concesiones. Por el contrario, en el mismo período, las extensiones del Metro comenzaron su construcción (L2, L3 y próximamente L7) en la Región Metropolitana.
Mi sugerencia para el próximo ministro es desarrollar un plan maestro de inversiones en regiones (horizonte de 30 años), incorporando progresivamente sistemas de transporte público de alto estándar. Por ejemplo, estoy pensando en sistemas BRT (Bus Rapid Transit) con buses eléctricos, totalmente segregado y con la incorporación de estaciones, como la Ecovía de Quito. Alternativamente, pero con una inversión bastante mayor, podría ser el caso de tranvías y trenes suburbanos. El punto de fondo es que cada capital regional debiera tener un sistema de transporte público de alto estándar, con fechas concretas de implementación.
Poder avanzar en esta línea es complejo, ya que tal como sucedía en Santiago hace 15 años atrás, existen gremios de transporte muy fuertes en regiones, lo que dificulta la incorporación de modos de transporte más modernos. Históricamente, los gobiernos no han tenido la fortaleza para impulsar proyectos de estas características y, por lo tanto, el futuro ministro Muñoz tendrá una gran oportunidad para hacer un cambio de esta naturaleza.
Otro aspecto que no debiera olvidarse es el desarrollo de la infraestructura logística, tema crucial para alcanzar un crecimiento sostenido en los próximos años. Aquí la asociación público-privada podría jugar un rol fundamental en el financiamiento. Es necesaria la modernización de los puertos, mediante la incorporación de tecnologías 4.0, como asimismo el fortalecimiento de las redes de trenes de carga.
Espero que el futuro ministro tenga la capacidad de impulsar estos proyectos y poder aportar decididamente en la mejora de nuestros sistemas de transporte, elemento crucial para contar con un mejor país.
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