Esta vez no hubo titulares de primera plana en la prensa oficialista, tampoco declaraciones grandilocuentes de parlamentarios de Chile Vamos hablando de hitos históricos ni saltitos histéricos de la fanaticada oficialista ante pomposos anuncios presidenciales que los números nunca sostuvieron, pero que la burocracia piñerista ocultó como un secreto de Estado para dar credibilidad al cuento de hadas que Sebastián Piñera vino a contar al Puerto el 1° de junio, al entregar la segunda cuenta presidencial de su actual administración.
La caída del proyecto de tren rápido Valparaíso - Santiago fue sigilosa. De hecho, ha sido disfrazada como si solo se tratara de un cambio sin importancia del operador del proyecto anunciado con bombos y platillos.
El retiro de la empresa china apenas se mencionó por primera vez en un artículo de El Mercurio del 30 de agosto, página B5, señalando solo que la firma chilena Sigdo Koppers había cambiado de socio en proyecto de tren a Valparaíso, “Salen chinos y entra Acciona”.
Incluso más, los directivos del consorcio TVS hicieron ver que se trataba de una decisión orientada a lograr un mejor socio para ejecutar el proyecto.
De esta manera se sustituye al anterior socio de SK, la empresa China Railway Group, por la española Acciona, una empresa que conocería mejor el mercado chileno dada su participación en varias industrias de nuestro país.
El retiro de la empresa china no es trivial. China Railway Group es una gigantesca empresa estatal de ingeniería y construcción que ha construido dos tercios de las vías férreas en ese país, algo que no es menor si consideramos las características continentales de ese país.
Involucrada en mucho más que la construcción de líneas férreas, China Railway Group construye todo tipo de grandes proyectos de infraestructura física: líneas de ferrocarril y metro, carreteras, minas, túneles, puentes, centrales hidroeléctricas, edificios, obras de irrigación, puertos, muelles y aeropuertos.
Asimismo ofrece servicios de ingeniería, factibilidad y consultoría relacionados con las diversas áreas y constituía el acceso a las fuentes de financiamiento de la economía china.
Álvaro González, gerente general del consorcio TVS, dijo en reiteradas ocasiones a quien quisiera escucharle, que el financiamiento del proyecto estaba completamente asegurado.
El costo del proyecto inicial, presentado en 2017, ascendía a 1.600 millones de dólares. Las observaciones chilenas elevaron la inversión a 2.635 millones de dólares, adicionando algunas mejoras.
Se asumía que el negocio era el transporte de carga y no el transporte de personas pero, como estrategia de marketing, se ponía el acento en la disminución del viaje de apenas 35 minutos entre Valparaíso y Santiago.
Al amparo de la Ley de Concesiones, el consorcio TVS solicitó durante los primeros 25 años, la mitad del período de concesión propuesto, que se les garantizara ingresos del 70% de la inversión comprometida y el 55% de los ingresos estimados que cubrirían sus costos de operación.
De paso, China Railway Group precisó que la adquisición de trenes se haría preferentemente con CRRC, fabricante estatal de trenes de China que concentra el 90% del mercado de ferrocarriles de ese país.
Esto significaba que parte de la inversión se destinaba a la compra de bienes producidos por una empresa relacionada, controlada por el mismo agente, el Estado chino.
Además, el gobierno chileno quedaba comprometido a cubrir los costos de operación durante 25 años y el 70% de la inversión en el caso que el proyecto no resultara según lo previsto. Realmente una joya.
El proyecto fue analizado por el Consejo de Concesiones y las instituciones incumbentes, en este caso, la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), y los Gobiernos Regionales y municipales de las comunas involucradas en su ejecución.
La gerencia general de EFE puso en duda la factibilidad del proyecto. Relevó los costos de inversión (4,8 millones de dólares por kilómetro de vía simple) que difieren del proyecto de pasajeros a Melipilla que tiene un costo de 14,2 millones de dólares por kilómetros de vía simple.
La segunda observación fue la solicitud de la garantía de ingresos mínimos por 25 años equivalentes al 55% de los ingresos estimados para cubrir los gastos operacionales. De acuerdo a EFE, este ingreso mínimo garantizado, “representa un monto que permitiría financiar el total de la inversión más los costos de operación a una tasa del 2,9%”.
En definitiva, en la opinión de EFE, la propuesta presentada por el consorcio TVS contiene aspectos técnicos y económicos que debían ser revisados, toda vez que los costos parecen estar subestimados y los ingresos sobreestimados.
A pesar de los antecedentes expuestos por EFE y del análisis que hicieron los mismos consejeros, se otorgó la declaratoria de interés público al proyecto presentado por el consorcio TVS constituido por Sigdo Koppers y China Railway Group, junto al proyecto “Conexión Ferroviaria Santiago- V Región” postulado por Iniciativas Privadas Limitada del grupo Urenda.
Pero, ¿quiénes son los consejeros? María Soledad Arellano, ex subsecretaria de Planificación y de Evaluación Social durante la primera administración de Piñera;Tomás Flores, ex subsecretario de Economía durante la misma administración; Juan Andrés Varas, abogado y académico de la Universidad Austral; Rodrigo Delgadillo, ingeniero civil y académico de la Universidad Técnico Federico Santa María, y Iván Poduje, arquitecto que opina con fruición sobre los problemas de Valparaíso, la mayoría de las veces con lógica santiaguina.
Una semana después de la sesión extraordinaria del Concejo de Concesiones, Sebastián Piñera dio a conocer un anuncio bombástico en la Cuenta Pública Presidencial la declaratoria de interés público de ambas iniciativas.
En El Mercurio de Valparaíso Pedro Pablo Errázuriz, presidente de EFE, declaró que el tren rápido Valparaíso -Santiago no tenía prioridad para el gobierno, calificando de inaceptable el proyecto postulado por SK-China Railway Group no solo por estar pidiendo que le sea financiado el 70% de la inversión, sino por agregar una tasa de interés implícita de 7%, lo que equivale a financiar la inversión en un 170% sin interés.
Luego de oficializarse la salida de China Railway Group del proyecto TVS, el presidente de EFE informó que la cifra verdadera del proyecto asciende a 4.500 millones de dólares, casi 2.000 millones de dólares más que la cifra estimada en el proyecto propuesto por TVS.
En los términos planteados, el proyecto no es viable. Así de simple. Piñera, Fontaine y los miembros del Concejo de Concesiones siguieron adelante.
Después de todo, Valparaíso requería un golpe anímico.
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