El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) retiró por segunda vez una modificación normativa que eximía de permiso de edificación a varias obras menores. Esto se justificaba por la recomendación del Comité Asesor de Proyectos Sustentables que busca simplificar la normativa y la eficiencia regulatoria en materia de permisos ante las Direcciones de Obras (DOM). En ambos casos se buscó que se presentara un expediente una vez terminadas las obras descritas en las direcciones, y éstas procedían a archivar el expediente, no revisarlo.
Llama la atención que siquiera se haya ingresado esa figura a Contraloría, no una vez, sino dos veces, ya que no cumple con lo que establece la Ley General de Urbanismo y Construcciones.
Es cierto que nuestro país tiene un problema con los plazos de tramitación de permiso, llegando al absurdo en que muchas veces toma más tiempo tramitar la aprobación del expediente que lo que uno se demora en ejecutar la obra. Esto tiene que ver con tratar de apurar los plazos por decreto, y no analizando las dificultades que existen para tramitar los permisos eficientemente.
En primer lugar, todos los permisos de edificación de obras nuevas tienen el mismo plazo de 30 días, es decir, el municipio tiene el mismo plazo para revisar un local comercial de 100 m2 que un edificio de oficinas de 100.000 m2; en segundo lugar, existen 10 formularios distintos para poder construir o remodelar una edificación; en tercer lugar, se sigue tramitando todo en papel.
Si se quieren agilizar los plazos, se le debe hacer más fácil el trabajo a las direcciones de obras para revisar los proyectos, se puede iniciar con medidas básicas como, por ejemplo, reconocer que existen distintas edificaciones que varían según su complejidad, por lo que se debe clasificar como básico, menor, mediano y mayor, y establecer plazos de revisión de acuerdo a eso.
Otra medida puede ser que, en lugar de sacar un formulario nuevo por cada modificación que hay en la normativa, se deba hacer un formulario único en línea en que uno llena casillas y vaya ingresando lo que se necesita, por ejemplo, que parta consultando si es obra nueva o ampliación y que el algoritmo haga el resto.
Finalmente, es vital poder tener la alternativa de tramitar en línea, no tiene ningún sentido hacer todo en digital para finalmente tener que imprimir, sacar las firmas en fresco, ingresar a la DOM para que luego esta digitalice todo y guarde en una bodega las cajas de expedientes.
Un último punto que no estaría de más es que para las edificaciones menores se pueda aplicar el silencio administrativo positivo, y que luego de un plazo la DOM apruebe el permiso y que la responsabilidad caiga en los profesionales responsables, pero en ningún caso lo que planteó el Minvu en su modificación fallida, en que primero se construye y luego se ve si cumple.
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