El cine es más que imágenes en movimiento. Es memoria, identidad y reflejo de nuestra historia como sociedad. La reciente incorporación de la Cineteca Nacional de Chile al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat) marca un hito fundamental en el resguardo y difusión del patrimonio fílmico de nuestro país, consolidando una política pública que garantiza la preservación de nuestra memoria audiovisual para las futuras generaciones.
Desde su inauguración en 2006, en el Centro Cultural La Moneda, la Cineteca Nacional de Chile ha sido un pilar en la recuperación, conservación y difusión del cine chileno. Con más de 25 mil funciones realizadas y 49.500 espectadores solo en 2024 -una cifra no alcanzada desde 2017-, la Cineteca ha cumplido un rol clave en acercar el cine nacional a públicos diversos, tanto en Chile como en el extranjero. A través de iniciativas como el Festival de la Cineteca Nacional (Fecina) y el Programa Escuela al Cine, que ya cuenta con más de 450 cineclubes escolares en todas las regiones del país, esta institución ha permitido que el cine chileno llegue a las nuevas generaciones y se mantenga vivo como parte de nuestra identidad cultural.
Sin embargo, el valor de la Cineteca va mucho más allá de la exhibición. Su labor de conservación y restauración ha permitido recuperar obras fundamentales de nuestra historia cinematográfica, como "Palomita Blanca" (Raúl Ruiz, 1973) y "El Húsar de la Muerte" (Pedro Sienna, 1925), esta última declarada Monumento Histórico en 1998.
Además, la repatriación de más de 115 títulos desde países como Argentina, México, Francia y Estados Unidos ha permitido restituir parte de nuestra memoria fílmica que se encontraba dispersa por el mundo.
Este traspaso al Serpat refuerza el compromiso del Estado con la protección y difusión de nuestro patrimonio audiovisual. La Cineteca ahora forma parte de una red institucional que busca garantizar el acceso ciudadano a la cultura y abre un camino para fortalecer las políticas públicas en materia de preservación y difusión del cine chileno. Con más de 22 mil rollos de películas y registros en 35 mm, 16 mm, 8 mm y Súper 8 mm, y una plataforma en línea que ofrece acceso gratuito a más de 700 películas, la Cineteca se proyecta como un espacio de memoria y reflexión sobre nuestra historia y nuestras imágenes.
Desde el Estado, tenemos la responsabilidad de asegurar que estas imágenes y relatos, que forman parte de la memoria colectiva de Chile, sigan siendo resguardados, restaurados y difundidos. La Cineteca Nacional de Chile no solo preserva el cine chileno: preserva la memoria de un país, sus luchas, sus triunfos y sus heridas. Esta nueva etapa, bajo el alero del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, refuerza el valor estratégico del cine como un testigo insustituible de nuestra historia y como una herramienta para construir un futuro más conectado con nuestra identidad y diversidad cultural.
Este es un paso clave para garantizar que la memoria audiovisual de Chile siga viva, disponible y accesible para todos y todas. El cine es nuestro espejo y nuestro archivo, y hoy damos un paso más para asegurar que siga siendo una fuente de inspiración y memoria para las próximas generaciones.
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