9 de noviembre de 1938, Alemania, 91 muertos, 1.600 sinagogas destruidas, 191 quemadas, 7.000 comercios judíos saqueados y 26.000 judíos arrestados. Noche de los Cristales Rotos o como quedó grabado en la historia de la humanidad Kristallnacht.
Fue el primer signo de advertencia de lo que sería el Holocausto nazi, la primera manifestación pública contra el pueblo judío, un cataclismo. Los Cataclismos no son acontecimientos repentinos, aislados, sin conexión en el tiempo, sino que, al contrario, tienen su gestación y también sus consecuencias irreversibles.
Los resultados, en forma de violentos estallidos no se dejaron esperar. La historia ya es conocida por todos, el periodo tal vez más oscuro, cruel y despiadado de la humanidad.
Han pasado exactos 81 años de esa noche y es nuestro deber no olvidar, como dijo el historiador francés Marc Bloch, “la incomprensión del presente, nace fatalmente de la ignorancia del pasado”.
Recordar estos hechos que surgieron del odio, la discriminación y la más brutal de las violencias, es también educar para que nunca más se vuelva a repetir. Es educar “sobre la importancia de los derechos humanos, sobre el respeto y la tolerancia, sobre el valor trascendental de la vida y la diversidad como un pilar de nuestra sociedad, para aspirar a que algún día nuestros hijos y nuestros nietos vivan en una sociedad más justa, más respetuosa”, más equitativa y con mayor justicia social, que les permita vivir en armonía con sus semejantes.
Trabajamos para que el odio y la violencia no prevalezca en nuestra sociedad, que la discriminación no fracture a los seres humanos iguales en dignidad y derechos. No queremos llegar a situaciones límites en que se vulnere a los seres humanos, y por el contrario, debemos ser capaces de aceptar las diferencias, las miradas de país y, sobre todo el respeto al otro.
Con tristeza y dolor hemos somos testigos de lo que pasa en nuestro Chile, también con tristeza y dolor hemos visto como han comenzado a surgir manifestaciones antisemitas escondidas en rayados, las redes sociales, gráficas que circulan de manera silenciosa y cobarde por el mundo virtual, señales, pequeñas luces de alerta que nos hacen estar atentos.
Lamentablemente, el pueblo judío a lo largo de su historia, tiene una lista larga de heridas como consecuencias del odio.
Por eso, es especialmente simbólico recordar hoy y en nuestro país, los 81 años de la Noche de los Cristales Rotos, haciendo un llamado al diálogo, la paz social y el entendimiento.
No olvidar la historia, es la acción que permite que no se repita jamás.
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