Cuando en 2005 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó al 27 de enero como Día Internacional de Recordación de las Víctimas del Holocausto estableció el imperativo ético y moral para todas las naciones del mundo de luchar contra el antisemitismo, el racismo y toda forma de intolerancia.
El día no fue escogido al azar, porque fue un 27 de enero de 1945 que las tropas soviéticas lograron liberar el campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau.
Recordar es un deber porque con memoria construimos futuro. En este día se honra a los más de 15 millones de hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños asesinados, porque no sólo fueron 6 millones de judíos masacrados, sino también miles de romaníes y sinti, personas con discapacidad, homosexuales, prisioneros de guerra, disidentes políticos y miembros de redes de la Resistencia de toda la Europa ocupada. Por todos ellos es que este dolor es histórico y universal.
El Holocausto determinó la pauta del mal absoluto, por tanto, pertenece al legado universal de todos los seres civilizados. Sus lecciones históricas debieran convertirse en un código cultural que promueva la enseñanza de valores humanísticos, la democracia, la condena al racismo y las ideas totalitarias. Como país no podemos estar ausentes del imperativo de educar en respeto, tolerancia, no discriminación, inclusión y diversidad, ya que ahí es donde radica la construcción de sociedades más pluralistas, respetuosas de los derechos humanos y que garanticen el pleno desarrollo de todos sus habitantes, más aún cuando aún persisten diversas formas de odio, discriminación y violencia contra quienes son considerados "distintos".
Muchas veces nos preguntamos dónde termina la intolerancia y el antisemitismo, y la historia ya nos dio la respuesta, termina en Auschwitz. Por eso, esta es una lucha permanente, nunca termina. Parte con el fortalecimiento de la sociedad, la educación en derechos humanos que permite comprender los valores fundamentales de éstos y sus implicancias en la historia, y sigue con la condena enfática de todo hecho de discriminación.
En la misma línea, el 22 de enero de 2019 el consejo de ministros del International Holocaust Remembrance Alliance (IHRA), conformado por 35 países, firmó en Bruselas una declaración para comprometerse a luchar contra la distorsión del Holocausto, el antisemitismo y otras formas de discriminación. Esperamos que pronto nuestro país entienda la importancia de sumarse a este Tratado. Como dijo el Rey Felipe VI de España en 2020 desde Israel: "Nadie está a salvo, no podemos mirar hacia otro lado".
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