Las AFP’s tuvieron éxito

Impresionado por las marchas en contra del sistema previsional privado, que de paso hay que decir que funciona para los más pobres sólo por la ayuda del Estado, nos sumergimos en los recuerdos y buscamos carpetas con los trabajos y opiniones que en las décadas pasadas hicimos en esta materia, cuando formábamos parte de la Comisión Fiscalizadora de la Democracia Cristiana. Sólo para orientar al lector, se trataba de un grupo reducido de abogados que denunciábamos los latrocinios de la dictadura con apoyo de militantes, completamente ad honorem y haciéndonos de muchos enemigos.

La manifestación de la gente que se suma a la de los estudiantes como a la de los enfermos, a los discriminados, nos llenan de curiosidad como fenómenos de masas que aparecían desterrados de nuestra convivencia y que nos parecen que son más que una mera suma de individualidades,sino que trasuntan un sentir colectivo profundo e inquietante para una política representativa.

Es un hecho que las pensiones del sistema actual son tan malas como el anterior, de reparto y la conclusión lógica, es sostener que las AFP’s, al igual que el antiguo modelo, también han fracasado. Así el modelo individual de ahorro fracasó, igual que el solidario de reparto que existió hasta 1980, pero que aún  pervive en algunos casos.

De paso es bueno recordar que el antiguo sistema, que hoy es una aspiración de muchos conciudadanos y que también entregaba pensiones de reemplazo deficientes y que consistía en una multiplicidad de regímenes y cajas de previsión, permitían pensiones discriminatorias, pero desarrollaban al mismo tiempo un conjunto de acciones sociales que tuvieron mucha importancia, principalmente la construcción de grandes barrios residenciales, cuyas propiedades se vendían a los afiliados en condiciones extraordinariamente ventajosas. Nuestros padres pudieron acceder a alguna vivienda gracias a los beneficios sociales de las antiguas cajas de previsión.

En 1998 discutí públicamente con el Superintendente de AFP de Pinochet sobre el futuro del sistema.  El personero creía en un éxito y yo auguraba su fracaso, para más del 50% de los afiliados. Ya sabemos quién “ganó”.

Si el antiguo sistema y el actual no son exitosos, ¿por qué titulamos que las AFP’s sí tuvieron éxito? La razón es muy simple. Las AFP’s no fueron creadas  sólo para un sistema de pensiones. Los ideólogos civiles del gobierno militar las diseñaron para quitarle al estado  la Administración de los Fondos Previsionales y utilizar ese poder económico por y para el sector privado que utilizaría parte de estos fondos como parte de un gran proceso privatizador del Estado. Es en este punto que lograron el éxito más completo, el cambio del poder económico.

Conviene recordar algunos hitos que nos tocó vivir.

En 1983 las AFP’s se financiaban al igual que hoy con las comisiones, pero como nacieron muy a la rápida, los números las llevaban a la quiebra. Presentamos querella criminal, patrocinando a dos distinguidos dirigentes bancarios, porque las AFP’s comenzaron a apropiarse del diferencial que cobraban por el seguro de invalidez y sobrevivencia.  Cobraban más caro y lo contrataban más barato y se apropiaban de la diferencia.  Una apresurada legislación, los salvó de ir a la cárcel.  El Juez Alejandro Solís, famoso más tarde por la defensa de los derechos humanos, conoció la causa.

En 1985 comenzó el proceso de privatización, y los informados de siempre consiguieron autorización para que las AFP’s compraran acciones.  Este hecho había sido expresamente negado como posibilidad de inversión ante los miembros de la Junta Militar por los promotores del proyecto, ya que algunos miembros de la junta manifestaron serias dudas sobre el destino de los fondos previsionales en áreas privadas especulativas.

Cuando la CORFO anuncia la privatización y en conocimiento que podían comprar las AFP’s hicimos una presentación muy fundada al General Fernando Hormazábal Gajardo, a la sazón a cargo de CORFO.En ese documento premonitorio señalábamos una clara posición sobre el riesgo que tenía el capitalismo popular y el rol que podían cumplir las AFP’s que ya estaban siendo administradas por personas civiles vinculadas al régimen militar. 

Ese documento fue firmado por don Luis Pareto Gonzáles, don Alberto Zaldívar Larraín, don Hernán Bosselin Correa, entre los que aún permanecen entre nosotros y otros cinco que nos acompañan en el recuerdo, que en el orden en que firmaron son: Eric  Campaña Barrios, Ernesto Vogel Rodríguez, Pedro Araya Díaz-Valdés, José Ruíz di Giorgio y Adolfo Zaldívar Larraín.  Rindo de paso, un homenaje a la memoria de estos camaradas, por la entrega, talento y el coraje que tuvieron en los tiempos de las tinieblas.

Naturalmente a pesar de tratarse de un escrito respetuoso, y muy bien fundado, el órgano estatal haciendo caso omiso y sin contestar, se lanzó frenéticamente a la venta de Endesa, Chilectra, Teléfonos, CAP, Enaex, Soquimich, y tantas otras.

Cuando llegó la democracia, presenté una denuncia a los órganos anti monopolios el 05 de junio de 1990, que dio origen a un largo proceso y que duró hasta el año 2001 y que comprobó diáfanamente que el proceso descrito había sido poco transparente, un mal negocio para el Estado y que había enriquecido a algunos civiles afines al régimen.

Hoy estamos inundados de informaciones sobre las AFP’s que señalan que, los afiliados, aún aquellos que logran una jubilación sin apoyo del Estado, están disconformes, es decir, el sistema fracasó.

Sólo sirvió exitosamente para otra cosa, pero no logró dar buenas pensiones y constituirse en un sistema de seguridad social propiamente tal.

Otras informaciones no controvertidas señalan que las administradoras ganan muy buen dinero y en ese sentido estas administradoras de fondos sociales, lucran descomunalmente, sin que nadie haga nada en serio. No hay datos ciertos de cuanta utilidad ha salido de Chile a los centros financieros.

Más allá del éxito económico que representa el negocio, altísimamente concentrado, resulta incuestionable que los fondos previsionales son una piedra angular del sistema capitalista de mercado y que por la vía de compra de acciones y bonos, las AFP’s, llevan en el beneficio a todos los cotizantes en los negocios de los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros, que sin contrapeso alguno controlan el 80% de la economía del país.

Si las AFP¡s no apuntalaran a estos grandes grupos, otro gallo cantaría, y entonces nuestros estimados lectores pueden entender porqué las AFP’s sí han tenido éxito, han ganado dinero y administran parte del sector privado.  Desgraciadamente eso no basta, porque como sistema de pensiones, sólo aparentemente sirven a un sector reducido de la población.  Parecido a las Isapres.

Hoy las AFP’s están en manos en su mayoría de aseguradoras extranjeras de gran envergadura, que debieron tener genuino interés en ser reales socias de un sistema aceptado por la población y dejar de ser meros socios de grupos económicos. 

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