Admiro a las personas que observan el cielo. Más allá de su ser terrenal son capaces de levantar la cabeza y ver más allá, asombrarse, preguntarse, imaginar.
El 2 de julio el cosmos nos ofrecerá algo espectacular, tendremos la posibilidad de observar y asombrarnos con un eclipse solar. Para muchos niños y niñas será la primera vez que vivan esta experiencia y, como primera vez, será también una oportunidad para maravillarse y aprender.
¿Qué aprendizajes significativos podrán adquirir los niños durante el eclipse? Según el sicólogo y pedagogo estadounidense David Ausubel (1918-2008), un aprendizaje significativo ocurre cuando un niño o niña asocia una información nueva que no conocía con otra ya adquirida para ajustarlas, procesarlas y reconstruir ambas, siguiendo así la lógica de la construcción del conocimiento a partir de experiencias propias.
En este sentido, la astronomía es un buen comienzo para que los niños se acerquen a la ciencia y, por ello, los establecimientos de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI), sobre todo los ubicados en las Regiones de Atacama y Coquimbo y los que han integrado un sello científico a su práctica educativa, están preparados para desarrollar este 2 de julio actividades pedagógicas a partir del eclipse, en las que el equipo docente potenciará la alfabetización científica y guiará comprensiones a partir de la evidencia.
La observación del cielo y su orden desarrollará en niños y niñas un primer acercamiento al pensamiento científico: harán preguntas, formularán hipótesis, inferirán, predecirán, buscarán relaciones entre objetos, manifestarán asombro por el universo, en interacción con adultos que los podrán orientar, pese a no ser excelsos astrónomos
Los jardines infantiles se han preparado con tiempo y han instalado junto a las familias verdaderos “planetarios” en el aula, con luces, sombras y sus niños caracterizados de astronautas.
¡Lo que se hace se aprende mejor! y con ocasión del eclipse, que lleva ambientándose hace semanas, niños del Nivel Medio Heterogéneo (2 a 4 años de edad) interactuarán en un espacio creado por y para ellos, escucharán cuentos sobre la luna, el sol y las estrellas, presenciarán ferias científicas y participarán en actividades artísticas.
Además, un domo planetario, estructura inflable que cuenta con un equipo de proyección y que fue obtenido gracias a fondos regionales, se trasladará por los jardines infantiles de la Región de Coquimbo, realizando en su interior diversas actividades pedagógicas relacionadas con la astronomía.
Habrá juegos de luz y sombra, la experiencia vivencial de un eclipse, lentes solares y se contará con la valiosa presencia de un experto científico.
Así ocurre en educación: la contingencia, el día a día o, en este caso, la expresión sin igual de la naturaleza, dan pie para enseñar.
Las educadoras saben aprovechar estas oportunidades y transformarlas en un medio para el aprendizaje en el marco de los objetivos planteados por las Bases Curriculares de la Educación Parvularia, enfocados al desarrollo personal y social, a la comunicación integral y a la interacción y comprensión del entorno.
Los párvulos incorporarán nuevas palabras, realizarán descubrimientos, ocuparán categorías de ubicación espacial y temporal, comunicarán verbalmente elementos del paisaje natural y descubrirán que el sol es fuente de luz y calor para el planeta.
El eclipse será una ocasión, un contexto para el aprendizaje, en donde se intencionarán experiencias y se resignificará el entorno para constituirlo en un espacio en que los niños construyan y se construyan en el.
Partiendo de su curiosidad natural, comprenderán progresivamente los fenómenos naturales y ampliarán sus recursos personales para transformarse en individuos activos, que exploran, descubren, aprecian, respetan, influyen y se involucran afectivamente con el contexto natural en el que habitan.
El nivel inicial mezcla así las primeras experiencias con la contención y el cuidado que los párvulos necesitan en sus primeros años, lo que en este caso se traducirá en actividades pedagógicas relacionadas al eclipse y en la protección visual que se dé a los niños.
El ministerio de Salud en ello ha sido claro y ha solicitado colaboración intersectorial para que la observación se realice de manera segura en toda la población del país.
Habrá que mirar al cielo y junto con observar la hermosa danza entre el Sol, la Luna y la Tierra, educar en el amor por el entorno natural y el desarrollo de la ciencia.
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