La culpa no fue ni es del gobierno, sino de la gente

Transcurridos más de 100 días del inicio de la pandemia en Chile, el manejo errático, confuso y soberbio por parte del gobierno parece no cambiar. La salida de Jaime Mañalich no vino acompañada de la esperada autocrítica a la manera en que se manejó por los primeros tres meses el virus. Todo lo contrario, el ahora titular de salud, Enrique Paris, ya advirtió que nos enfrentaremos a un nuevo rebrote de la pandemia. 

Es en este contexto, que llama la atención la campaña El próximo puedes ser tú, levantada por el gobierno, una serie de spots audiovisuales con diversas situaciones en donde el mensaje central se refiere al auto cuidado y la responsabilidad individual frente el virus.

Lo que sorprende no es el esfuerzo de hacer una campaña para generar conciencia frente a la crisis, sino más bien, el enfoque que la serie de videos promueve.

Haciendo historia, a mediados del s. XI, Santo Tomás de Aquino habló de la soberbia como ese “amor desordenado hacia un propio bien por encima de otros bienes superiores”, y planteó que el solo hecho de dudar si existen bienes superiores al propio ya es, un síntoma propio de ella. En nuestro caso, la soberbia del gobierno radica en su afán de querer poner los intereses del gran empresariado y su proyecto político neoliberal, por sobre el bien superior de las personas que hoy se organizan en ollas comunes, comedores populares y en albergues comunitarios.

Es esa soberbia la que se resuena en los videos de El próximo puedes ser tú, donde el gobierno traspasa la responsabilidad ante el virus a las personas.

Estrategia en sintonía con una agenda que endurece las penas a quienes no cumplan las cuarentenas. Y acompañado de una parrilla televisiva encargada de dar a conocer los controles que Carabineros realizan, se construye así una nueva realidad, en donde el principal responsable de la propagación del covid-19 ya no son las autoridades, sino que la ciudadanía, olvidando las contradictorias señales entregadas desde el gobierno que fueron las causantes del explosivo aumento de contagios.

En febrero se dijo que el país estaba preparado para enfrentar al virus, en marzo que el virus se pondría buena persona, en abril impulsaron salir del confinamiento junto a la nueva normalidad y el retorno seguro, y en mayo confesaron que todas las estrategias habían fracasado. La nueva retórica estrenada por el gobierno no es más que el símbolo de una forma fracasada que ha costado la vida de más de 5 mil compatriotas.

Por lo tanto, El próximo puedes ser tú, es un nuevo diseño de discursos y palabras que exculpan a la institucionalidad de errores y deficiencias, y que busca, tal como recuerda la Neolengua de Orwell, proporcionar no tan solo un único medio de expresión de la visión de mundo y de hábitos mentales, sino que “un esquema completo en el que fuese imposible cualquier otro modo de pensar”.

Por ello, cuando en Chile la situación es caótica, es pertinente invitar al gobierno a generar un nuevo diálogo ciudadano, una nueva forma de comunicar y accionar, un nuevo enfoque que ponga en el centro el bienestar del ser humano. No resiste el país otro semestre salvando solamente a las grandes empresas.

Hoy la situación amerita dejar el enfoque impulsado por Trump en EEUU y Bolsonaro en Brasil, y pensar en una forma más similar a la utilizada por Fernández en Argentina, que llevó a ese país a ser reconocido por la revista Time como uno de los que mejor respondió a la pandemia. Es tiempo de imitar lo bueno.

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