"La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos justa". Más de 200 años nos separan de Abraham Lincoln y este argumento sigue siendo tan potente como digno de seguir.
El Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago rechazó tramitar nuestra querella interpuesta contra todos los responsables que participaron en la llamada "Colusión del Confort".
Según la magistrada Carla Troncoso, los hechos denunciados en el caso de adulteración fraudulenta de precios de los productos comercializados por las empresas CMPC y SCA no son constitutivos de delito al no existir una sanción penal específica en el ordenamiento jurídico chileno.
Un duro golpe que resulta insólito e irrisorio. Un fallo mediocre que se dictó en apenas un día y sin siquiera haber investigado, siendo la única querella en contra de las papeleras involucradas. Un dictamen vergonzoso que da cuenta de las conductas pusilánimes a la hora de enfrentar a grandes conglomerados que usan y abusan de la deficiente legislación chilena.
Pero no nos detendremos, es apenas un tropiezo en medio del camino que - a esta altura - se encuentra asfaltado de desconfianza, ante un sistema resquebrajado que reconoce una política inoperante y perpleja ante los abusos cometidos en contra de los ciudadanos; un sistema económico que vulnera los derechos de la gente amparado en leyes que no hacen más que proteger al poderoso con penas tan ridículas como paupérrimas. Pero no nos detendremos.
El Fiscal Nacional Económico ya ha señalado que la ganancia obtenida por cada una de las firmas involucradas excede la multa máxima que se les puede aplicar, es decir, supera los 46 millones de dólares. Sólo como municipio, en los últimos cinco años hemos sobre pagado 30 millones de pesos, dinero que es necesario para atender las distintas necesidades de la comuna.
Urge endurecer las sanciones para las empresas por colusión en Chile, de manera que las multas sean al menos iguales a las ganancias fraudulentas que consiguen. Es hora de que los legisladores se den cuenta de la necesidad de establecer regulaciones para estos mercados, y trabajaremos para que los ejecutivos y dueños de empresas que desarrollen estratagemas clandestinas destinadas a engañar a los ciudadanos, paguen con cárcel.
Apelaremos, porque por 10 años "El cartel del papel Tissue" quebrantó la fe pública, la del consumidor y los melipillanos. Llegaremos hasta las últimas consecuencias, la CMPC, con un patrimonio que, por lo grande, faltaría espacio para rellenar con ceros, aún así fijó precios con sus competidores para reírse y aprovecharse del bolsillo de los chilenos.
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