¿A quién le importa Kast?

En Temuco, alrededor de las 13:00 horas del día 20 de marzo, una tropa de policías militarizados arrasan con un grupo de mujeres mapuche que venden hortalizas en la calle. Llevan realizando este trabajo desde tiempos inmemoriales y es parte de la economía de subsistencia que practican. Alguna vez, Nicanor Parra ante la interrogante sobre la subsistencia de la especie humana respondió, “economía mapuche de subsistencia”.

Parece que nadie leyó al poeta, pero la élite igual gimió su muerte. Una imagen que dio la vuelta al mundo muestra a un grupo de policías contra dos mujeres con sendas lechugas en sus manos ¡vaya acto de valentía y de coraje el de la policía y la autoridad municipal!

En Santiago y Temuco, Carabineros activan un plan denominado, “Operación Huracán”. Una suerte de versión chilensis de una mala película gringa. Un título rimbombante para algo sencillo y antiguo: crear evidencia, inventar hechos e inculpar.

La historia se vuelve más interesante cuando la misma fiscalía - los acusadores - denuncian manipulación de evidencia. Al mejor estilo de los Expedientes Secretos X, la versión vulgar del FBI contrata al señor Smith, no el de Matrix sino el Smith profeta de la informática. Un giro patético de la historia.

Sin embargo, esto no acaba aquí. El resultado, la plana mayor de Carabineros renuncia, incluido su General. En su reemplazo aparece en escena un hombre que visitaba burdeles y propone restituir la dignidad de Carabineros. Esta última parte ya nos sugiere a una película como American Pie.

En Rancagua, un trabajador haitiano recibe sendo completazo en la cara. Un hombre chileno expresó todo su odio hacia los inmigrante. Estos son vistos como una amenaza.

Un humorista retirado, incluso llegó a afirmar que la llegada de negros cambiará la “raza chilena”.

Un poco antes, José Antonio Kast, el político proveniente de una familia de inmigrantes, afirmó que la inmigración tiene que ver con la violencia en La Araucanía. 

Lo cierto es que se encuentra en desarrollo una suerte Ku Klux Klan a la chilena, es decir, un grupo de morenos, dirigidos por un grupo de inmigrantes europeos, que tienen la idea de que el problema de su pobreza se debe a estas personas que buscan oportunidades, como lo han hecho cientos de miles de chilenos en otros lugares del mundo.

En Concepción e Iquique, entre otros varios lugares, Kast desarrolla un plan que podriamos denominar “José Antonio Kast 2024”.

Esta crónica, que tiene un desarrollo abierto, muestra una paradoja: el intolerante no es tolerado por innumerables grupos.

La élite liberal, incluidos violentos comentaristas de la televisión, hacen gárgaras con los hechos, se revuelcan de rabia porque en una democracia no se hace eso.

Él se victimiza, amenaza con invocar una Ley que no apoyó. Toda una contradicción caminando. Los liberales de izquierda quedan en jaque pues defienden la Libertad de Expresión, que para ellos sería algo así como decir lo que me parece sobre cualquier grupo, aunque esto los dañe irremediable e irresponsablemente.

Una ley de la selva de la palabra. Con todo, se trata de una maniobra política exitosa y que lo mantiene expectante con miras a la elección presidencial que pronto se desatará.

Como sostiene Slavoj Zizek la violencia es expresión de puntos simbólicos muertos, de algo que no se puede expresar con palabras.

No cabe duda que nuestros valores se encuentran invertidos al considerar el caso Kast como atentatorio a la salud de la democracia, como la máxima expresión de la violencia.

Antes bien, me parecen mas graves las violencias institucionales, el matonaje policial, el robo de las AFP, la Ley de Pesca y un largo etcétera. Esa violencia tiene efectos más largos que la estrategia política del trumpismo de Kast.

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