Una nueva oposición

Jorge Pizarro

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Sí, parece un déjà vu. Hace 4 años, la entonces Concertación perdía el gobierno frente a Sebastián Píñera y se abría una tremenda incertidumbre respecto de cómo sería volver a ser oposición a la derecha, pero ahora en democracia. Volvemos a la misma situación, pero claro, con varias cosas nuevas: la derecha no tiene control abrumador en ambas Cámaras y surgió una fuerza nueva - el Frente Amplio - al cual sería un error profundo ignorar como si fuesen recién llegados a la política.

Lo cierto es que algo se mantiene: el PDC será oposición, ocupando el lugar que nos dio la ciudadanía en las últimas elecciones.

Es evidente que esta nueva oposición cruza un ciclo, cada partido hará su propia evaluación interna. Si eso puede derivar en un pacto político, es hacer política ficción. Y en ese mismo sentido, adelantar alianzas o rechazar alianzas antes de definir cuál es el proyecto político en el que nos vamos a embarcar, es una pésima idea.

Flaco favor le hace al PDC instalar que seremos un partido político  “bisagra”,  la primera tarea no tiene que ver con la relación con otros partidos o conglomerados, sino que lo correcto es orientarnos a discutir qué será de nosotros bajo nuestras propias urgencias.

El problema nuestro es cómo tomar decisiones internas que sean apoyadas y respetadas por todos, cómo evitar que las diferencias se transformen en divisiones internas y cómo hacer que la DC vuelva a ofrecer a Chile una propuesta que sea respaldada por la mayoría de los chilenos como lo hicimos alguna vez.

Un partido “bisagra” no tiene alma, no tiene futuro. Debemos volver a trabajar con serenidad, voluntad y generosidad; acá nadie sobra en la tarea, que debe ser colaborativa, humilde y con real responsabilidad política.