Nadie lo esperaba. Un fallo tan contundente a favor de Chile, que ganó lejos en el Tribunal de Justicia de La Haya.
Obviamente, esto nos hace sentirnos satisfechos y contentos por la forma en la que defendimos nuestros intereses. Hay un trabajo largo y en equipo que encabezó en su momento Heraldo Muñoz desde la Cancillería y que le correspondió asumir luego al Canciller Ampuero.
Este fallo no impide conversaciones futuras y hay muchos temas pendiente que deben seguir conversándose, abriéndose espacios distintos con Bolivia a partir de este fallo. Somos países vecinos, tenemos intereses comunes y por lo tanto estos deben ser dialogados siempre, pero, ahora, de una forma distinta.
Ahora bien, el gran perdedor, naturalmente, es Evo Morales, quien convenció a su pueblo que el fallo les daría una salida al mar, lo que estuvo muy lejos de lo que sucedió a partir de lo señalado por el tribunal: ningún argumento boliviano daba como fundamento la obligatoriedad para que Chile negocie una salida al mar, rechazando contundentemente las pretensiones bolivianas. Hoy, es Evo Morales quien le debe una explicación a su pueblo.
Digamos, también, que lo más llamativo será la respuesta o explicación que las autoridades bolivianas tendrán que entregar a su gente.
Con las expectativas de las personas, de los ciudadanos, no se juega, pues muchas veces no se cumplen y eso vale para cualquier gobernante.
Así las cosas, comienza una nueva etapa, ahora con claridad jurídica.
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