La Iglesia Católica chilena ha invitado a sus comunidades y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a vivir una cuaresma marcada por la fraternidad, y la solidaridad, mirando particularmente a los adultos mayores de nuestro país.
En este espíritu vemos que son miles de adultos mayores los que viven en condiciones deplorables, muchos de ellos en una soledad tremenda al terminar sus vidas, no siendo retribuidos dignamente ni en sus pensiones ni en su día a día. Por eso la iglesia, a través de su campaña Cuaresma de Fraternidad, nos ha invitado a mirar esas situaciones y a aportar para transformar esas realidades reconociendo en estas personas su particular valor como transmisores de experiencia y sabiduría.
Este domingo de Ramos finaliza la campaña y muchas personas devolverán las alcancías en sus parroquias y comunidades. Peso a peso, persona a persona, todo lo que hoy damos se transforma en un aporte concreto para los más pobres de nuestro país, en particular en estos tres años, para apoyar proyectos para y con los adultos mayores.
Con los fondos recaudados durante la Campaña 2016, será posible apoyar 41 proyectos entre Arica y Aysén, por un total de $ 226.221.180 y que beneficiarán a más de 4.000 adultos mayores, todos esos proyectos apuntan a promover la participación de los adultos mayores y a mejorar su calidad de vida.
Que la solidaridad de la Cuaresma de Fraternidad nos ayude todo el año a tener presente a los adultos mayores como un sector prioritario de nuestra iglesia y sociedad.
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