Marta Aravena, hija de una violación

Sergio Canals

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Marta decidió hacer pública su historia en una carta y una entrevista en dos diarios.

Lo hizo “para ayudar a las mujeres que frente al dilema de un embarazo, opten por la vida en las tres condiciones que hoy se debaten”.

A los 13 años su madre la tuvo después de una violación, al igual que su madre y a su hermano, y nadie a pesar del dolor y sufrimiento indecibles que esto les acarreó, todos vivieron y sienten que son felices con gran esfuerzo (madre soltera de cuatro hijos y trabajadora de casa particular),  porque se les enseñó que “nadie puede quitar la vida porque es sagrada y todos nosotros tenemos un propósito”, un sentido trascendente.

Sus palabras conmocionan y hacen explotar todas la reflexiones, filosóficas, teológicas y políticas.

Es la belleza de la humanidad que humaniza hecha carne, amor y vida.

¿Estará en los recuentos de las “cien líderes más influyentes de Chile”?

¿La entrevistarán en CNN? o ¿Saldrá en la portada de una revista “fashion” sobre la moda?

¿La van a felicitar las autoridades de la Iglesia, o los políticos?

¿O dirán algunos sesudos intelectuales que sólo es una actitud heroica debido a su religión evangélica, por lo que escapa a una reflexión, racional ética y moral?

Sí, eres una heroína de nuestro tiempo, donde el amor por la vida y el otro en su dignidad como un valor absoluto, se hacen desechable a pasos agigantados. Lo mismo para cualquier argumento que tenga un aroma religioso.

Felicitaciones Marta (si valen algo), pero sólo produces admiración y emoción en tu relato apasionado y convencido que deja huellas infinitas en las arenas del tiempo finito.

Tu palabra, hoy es la palabra que habla en el silencio y el amor.