La última semana de abril de este año, la versión en internet de la prestigiosa revista científica Nature en su titular se preguntaba si la ciencia (Science US) podrá sobrevivir a la administración Trump 2.0. Una pregunta atingentemente real, ya que a la fecha la administración Trump ha desmantelado agencias científicas, cancelado programas de investigación, eliminado subvenciones a universidades(1) y recientemente ha tenido como foco una lucha contra la Universidad de Harvard, una de las 5 mejores del mundo(2). Pese a que el impacto directo de esta política es lejos de nuestras fronteras, las consecuencias pueden ser desastrosas a nivel mundial, puesto que la producción científica en USA, está entre las 10 con mayor impacto científico, incluyendo en esto temas tan sensibles como vacunas y enfermedades infectocontagiosas(3).
Además de esto, la disminución de recursos que también afecta a la NASA puede poner en entredicho el programa de detección de peligros extraplanetarios y el desarrollo de estrategias para evitarlos, tema ya tratado en una columna anterior(4). Esta política también tiene impacto o impactará directamente en algunos compatriotas, algunos científicos que se avecindaron el país del norte y que estarían hoy desempleados o en vías de serlo(5), así como en aquellos que cursan estudios en el extranjero asociados a las becas Chile. Frente a esto último, éste puede ser el mejor momento para aprovechar de terminar o discutir la validez de dicho instrumento.
El efecto Trump se veía venir con fuerza, alimentado por su resentimiento de perder una reelección. Su accionar era tan predecible y con tanto odio, que la administración Biden trato de dejar blindados a varios personeros, incluyendo a quien tuvo un rol crucial en la lucha contra la pandemia, Anthony Fauci(6). Con la misma fuerza Trump 2.0 ha posicionado la ignorancia y desinformación como verdad, atacando la ciencia, el librepensamiento y la cordura. Un ejemplo de esto son las acusaciones de gastos indebidos, privilegio programas de diversidad realizadas contra la Universidad de Harvard, y una acusación más grave aún, el fomento del antisemitismo.
Por cierto, el llamado de los estudiantes a protestar y llamar a no comprar productos de Israel no es antisemitismo. No lo es ya que Netanyahu y los soldados israelíes son semitas, así como también son semitas los hombres, mujeres y niños de Gaza asesinados o desplazados(7). Un conflicto, que no puede ser llamado guerra, sino una ocupación violenta y genocida de Israel a Gaza, en la cual quien maneja el poder de las armas apoya en parte sus acciones basado interpretaciones de su "libro sagrado"(8), algo similar a lo que hizo Hitler, quien hablo de la raza aria y de los humanos superiores(9).
Afortunadamente, la ciencia sobrevivirá a Trump, como lo hizo en la Edad Media, y es posible que también lo haga el ser humano, a menos que justo en este recorte de recursos, nos caiga un meteorito o se nos venga una nueva pandemia.
Desafortunadamente, como se están dando las cosas, la cordura y la racionalidad no sobrevivirán y serán parte del genocidio palestino en Gaza, bajo la ausencia de reacción o peor aún, la complicidad del resto del mundo.
(1) Will US science survive Trump 2.0?
(2) Estas son las 5 mejores universidades del mundo (y su importancia para la ciencia)
(3) Producción e impacto científico en el mundo
(4) Los meteoritos no existen y tú 6% tampoco
(5) Gobierno evalúa atraer científicos de EE.UU. que escapan del efecto Trump
(6) Biden indulta a Fauci pero inhabilita a EcoHealth y a su líder por acciones durante la pandemia
(7) Pueblos semitas
(8) Netanyahu, la última maldición bíblica (El factor religioso en el sionismo actual)
(9) Ario
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