Deseo relatar una experiencia, que si bien es personal, puede tener proyección como tema actual y de utilidad pública. Se refiere a las pensiones de las AFP. Este es el desenlace.
Conforme a Ley 18225, presenté solicitud de desafiliación en Habitat el 8 de marzo de este año.
Mi expectativa era disponer de una pensión pronto.
Por dicha razón, elevé consulta por Internet a la página de la Superintendencia de Pensiones el pasado mes de abril, pero para mi sorpresa el organismo me notificó que mis papeles no existían en la Superintendencia
Sin embargo, simultáneamente, la AFP me envía una carta fechada el 8 de mayo, en la cual dice que mi solicitud “no fue cursada, ya que en su caso particular, el IPS emitió a su nombre un Bono de Reconocimiento, conforme a la alternativa 1 de cálculo, lo cual no lo faculta para solicitar su desafiliación”.
Es decir, la AFP, impedía de hecho, que intervenga la Superintendencia de Pensiones, único organismo competente para conocer el fondo, resolviendo no dar curso a mi petición.
En este duro contexto, presenté en la Super con el rol N°13624 “reclamo por negativa infundada de AFP Habitat a dar curso a desafiliación”.
La SP, mediante Resolución Exenta N° 88280 de fecha 21.08.2017, acogiendo mi reclamo, resolvió autorizar mi desafiliación, ordenando el traspaso de mis fondos al Instituto de Previsión Social.
La Administradora en cuestión me comunica en gentil carta del 16.08.2017 que “hemos iniciado su proceso de desafiliación, enviando al IPS la solicitud que usted suscribió, de la cual acompañamos copia”. Esta lleva la fecha original de mi solicitud, 8 de marzo de 2017. Noto cierto aire de frescura primaveral en su cartita.
O sea, cinco meses después, Habitat presenta, con inexcusable atraso y mayor negligencia, la misma solicitud que había rechazado en forma ilegítima, pues nunca tuvo competencia para generar tal acto denegatorio.
Finalmente, el 31 de agosto, recibo otra carta de la citada AFP, donde comunica que mi Solicitud de Desafiliación ha sido aceptada, según Resol. Exenta N° 88280 de SP. Gentileza de la AFP, aunque tardía, conforme al pensador nacional Bombo Fica.
A renglón seguido, establece que traspasará mis fondos previsionales el 30 de octubre de este año. Pasaron en vano 7 largos meses para este tardío traspaso.
Para las AFP, todos los plazos les son benignos y relajados. El paso del tiempo no corre para ellas pues continúan percibiendo comisiones. No sufren coerción legal alguna y solo responden de la culpa leve, disponiendo además de un regimiento de abogados. Más aún, con la expectativa realista e impune de disponer a futuro de los fondos cautivos mediante retiro programado o renta vitalicia. Están facultados para pastorear el ganado laboral hasta la muerte.
Sin embargo, y a diferencia de las AFP, el tiempo pasa muy raudo para los viejos trabajadores, de modo que fui agotando todos mis recursos. En el intertanto, me comí una camioneta Nissan que tenía para trabajar en terreno, pues soy topógrafo. Asimismo, contraje créditos por 10 millones de pesos para estudios de mis hijos y para continuar comiendo a lo más un par de veces por día. Solo me falta vender calugas en el Metro. No menciono los medicamentos y otros gastos de salud, porque ahora soy un naturista forzoso.
Como se dice en el claro lenguaje popular, le debo a cada santo una vela.
Los daños que me ha generado la AFP son vastos y definitivos. Por eso los comento. La tribuna pública es mi única opción.
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