En diciembre pasado la Contraloría General de la República aprobó las bases de la licitación para el suministro de buses del sistema RED (ex Transantiago), tema que en este nuevo Chile parece poco relevante, no obstante el efecto directo que tiene en el bolsillo y en la vida cotidiana de las personas.
No parece necesario recordar que la actual crisis social que vive Chile fue gatillada por el alza de pasajes en el Metro, red estructurante del sistema de transporte público de Santiago y el modo mejor evaluado por los usuarios. El profundo daño que ha sufrido la red de transporte público y los plazos que llevará reponer el mismo nivel y calidad de servicio, ha tenido profundos efectos sobre las personas.
Hace solo un par de semanas el gobierno debió activar un nuevo subsidio para cubrir el alza de $10 pesos que había recomendado el panel de expertos, lo que significará un costo de más de $6.700 millones de pesos al Estado.
Los mencionados aumentos en la tarifa de Metro dice relación con la variación al alza de los precios del diésel y del dólar, entre otros, factores que no van de la mano con el aumento de los salarios.
Parece necesario entonces, modificar el sistema de indexación de la tarifa, así como la del monto del subsidio al transporte público en Santiago, de manera que guarden una mayor relación con variaciones del costo de la vida y del reajuste de los sueldos, que de polinomios que incluyan el diesel, dólar.
Además del análisis técnico, es urgente pensar en una agenda social del transporte, que incluya aquellos temas que impactan directamente a la ciudadanía.
Los usuarios no están pidiendo un transporte gratuito, pero si percibir que la tarifa se ajusta a un nivel de calidad acorde con el servicio entregado.
A nuestro juicio, la tarifa no sólo debe reflejar los costos del sistema, sino estar acotada a la capacidad de pago de los usuarios. El subsidio debiera reflejar ambas variables. Sólo así los usuarios sentirán propio el sistema.
Hoy las fronteras de las posiciones ideológicas se desdibujan con el fin de alcanzar un mayor Bienestar Social como lo exige la gente, con reformas al Sistema de Pensiones, Tributaria, una nueva Constitución entre otras, por ello no podemos dejar pasar la oportunidad de también realizar una gran transformación al Sistema de Transporte Público, que se haga cargo de las demandas por mejor calidad de servicio, sustentabilidad financiera e institucionalidad entre otros aspectos.
Llegó la hora de hablar de políticas de Estado y no de gobierno y a pesar que celebramos los avances que el ministerio de Transportes evidencia, creemos que esta es la oportunidad para incorporar cambios más profundos en beneficio de la ciudadanía.
Esa es la invitación que la Fundación Transurbano quiere hacer a quienes quieran aportar por un mejor Sistema de Transporte Público.
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