La sequía es un fenómeno natural que llegó para quedarse y la región de Valparaíso está 20 años atrasada en infraestructura para soportarla.
Desde hace más de una década que estamos viviendo en una constante sequía. Cada vez llueve menos. Sin ir más lejos, durante este invierno solo precipitaron 20 milímetros en la comuna de Petorca, una de las más afectadas en el país por la falta de agua.
En la región, estamos por lo menos dos décadas retrasados en materia de infraestructura, ya que hace unas semanas me reuní con el ministro de Obras Públicas. Alfredo Moreno, junto a concejales de Petorca y Edgardo González, alcalde de Llay Llay, donde nos explicó que un embalse, desde que comienzan los estudios hasta su entrada en vigencia, es de 15 años, por lo que se requieren medidas paliativas de forma permanente para sortear esta emergencia que afecta a gran parte de nuestro distrito.
En el mismo sentido, es preocupante que la primera semana de agosto, en pleno invierno, el ministro de agricultura, Antonio Walker, decretara Zona de Emergencia Agrícola en la región de Valparaíso debido a la escasez de agua en nuestra región. A lo que se unen las regiones de Coquimbo, O’Higgins y 17 comunas de la Región Metropolitana.
Nuestro distrito ya no aguanta más mesas de trabajo, los animales de nuestros crianceros de Petorca y Putaendo no se pueden seguir muriendo, los cultivos no se pueden secar por falta agua, nuestros vecinos no pueden depender de un camión aljibe para tener este vital elemento para su consumo.
En los últimos años se especuló que la sequía terminaría, que iban a volver los inviernos lluviosos y no se hicieron las obras mayores necesarias para paliar la falta de agua. Es tiempo de comenzar a ejecutar las obras que por décadas se retrasaron.
Es por esto que hago un llamado al gobierno, al Presidente Sebastián Piñera a sus ministros, para que se declare Emergencia Climática, no hay más tiempo de ser reaccionarios.
Nuestros cultivos se están secando, nuestros animales se están muriendo, nuestras vecinas y vecinos están quedando sin agua para beber. Esto afecta la economía de nuestro distrito y muy especialmente, nuestra calidad de vida.
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